Fundamento

DIOS EXISTE, DIOS ES, a partir de esta verdad inalterable planificamos toda nuestra vida; todas nuestras actividades están fundadas en este principio de fe: DIOS ES, el reconocimiento de esta verdad es la que le da el sentido y la perspectiva a la educación cristiana que se realiza día a día en nuestras aulas y le otorga la Identidad. La convicción de que DIOS EXISTE-DIOS ES, significa que no es “algo” sino “Alguien”, no es una cosa, ni es una fuerza, ni una gran mente o un gran arquitecto, o un cúmulo de energías o un manantial de luz, es todo eso e infinitamente más, Dios-Persona, que como Dios tiene atributos tales como: eterno, inmutable, omnisciente, omnipresente, perfecto y otros; y como Persona; ama, piensa, decide, es bueno, misericordioso, justo, sabio, y como identidad máxima y plena es Santo!

Dios no sólo es el Creador de todas las cosas, sino que también es soberano sobre lo creado y amorosamente cuida de su obra creada; por lo que busca el bien del hombre en su máxima expresión; por esto, es imprescindible formar en el corazón de las nuevas generaciones una Cultura de Paz; esta paz no es ambiental, no es social ni circunstancial. Nos referimos a aquella paz que nace cuando el hombre confiesa que es pecador y cree que Jesús vino a esta tierra a morir en la cruz para recibir en su cuerpo, el castigo que el hombre merece por su pecado. La paz nace en el corazón del hombre cuando movido por la fe se arrepiente de sus pecados y confiesa con su boca que Jesucristo es su Señor y Salvador. A partir de ese momento el hombre es reconciliado con Dios; nace espiritualmente y el Espíritu Santo  mora en su corazón para guiarle, protegerle, y comprenda el propósito por el cuál y para el cuál fue creado.

 

 

 

Las naciones quieren paz, las familias quieren paz; Jesús dijo “La paz os dejo, mi paz os doy, no como el mundo la da, yo os la doy”; Él mismo nos señala el camino por donde viene la paz: de Él mismo, es un regalo, Jesús es el dador de la paz; la que no consiste en ausencia de conflictos, sino que LA paz a la que se refiere el Mesías es a vivir en un perfecto equilibrio con Dios; tal como Él, como Hijo e integrante de la Trinidad se relaciona con el Padre y el Espíritu. No hay hombre en la tierra que pueda alcanzar la paz verdadera por sí mismo, debería ser tan excelente, tan perfecto, tan sabio y tan santo como Dios mismo para relacionarse con Él; por eso Jesús salió de su cielo, vino hasta la tierra, se identifica con el pecador, paga su deuda, borra su pecado con su propia sangre derramada en la cruz y se hace uno con el hombre, de tal forma que quien cree en su corazón que Jesús hizo esto por él, es salvo y recupera su relación con Dios, la que había quedado destruida en el paraíso. El Señor Jesús realiza dos hechos fundamentales: Salva, poniendo los pecados del hombre sobre sí mismo, como si Él hubiera ofendido a Dios y recibe el castigo; y Justifica; es decir, su perfección, toda su vida de humildad, amor, santidad, benignidad, sin pecado, la presenta a Dios a nombre  del hombre que cree en Él; por eso la Biblia nos dice: “Bienaventurado el hombre que ha sido perdonado y cuya ….! Es decir, doblemente feliz! Por lo que, es imposible que la sociedad alcance la verdadera paz si cada ser no experimenta el nacimiento de la Paz verdadera en su propio corazón, por medio de la salvación y justificación realizada por el Señor Jesucristo.